Decálogo de burbujas

1. Jackson murió pesando un kilo por cada año de su edad. Quienes lo rodeaban... ¿no notaban nada raro? Se supone que quien dormía en una burbuja era él... Pero acaso sea un signo de los tiempos. En Ucrania, ahora un pueblo quiere llamarse Jackson. Mi propia burbuja está demasiado lejos para entender otras tan distantes. Si fuera una aldea africana tendría más sentido, por aquél histórico "We are the world". Pero el dinero recaudado entonces para paliar el hambre popular terminó a manos de sus gobernantes.
2. No es fácil entender al mundo. Tras las elecciones iraníes se declaró vencedor el candidato que menos quería nuestro hemisferio, Occidente, que en su momento se opuso a que la monarquía del Sha fuera desplazada por una república. Y en el caos interno de hoy, unos sobreviven enclaustrados en sus burbujas, y otros quisieran salir de las que les impone la censura.
3. Y es que todo depende del cristal con que se mire. Por ejemplo: leemos que en Honduras hubo un golpe de Estado. En base a la información que tenemos, lo repudiamos. Otros en cambio, que sólo leen un diario neoyorquino, lo justifican. Podemos pelearlos, sabiendo que su burbuja tiene menos oxígeno que la nuestra. Pero nunca escapamos de las escafandras.
4. Pero mucho mirar para afuera, y pronto resulta que en nuestro país los 1587 engripados eran más de 100.000... Sólo que no debía decirse antes de las elecciones (que por cierto, originalmente eran para primavera, pero se adelantaron ya ni sabemos para qué). La gripe se ríe de nuestras burbujas, sean las de 'estúpida paranoia' o las de 'estúpida indiferencia'. El 95% de los que consultan en el Muñiz, la tienen. El 81% de los marplatenses que ahora están con gripe, tienen "esa".
5. Lo que ayer no convenía informar, ahora puede servir para tapar derrotas electorales. Pues, tras el domingo, a muchos les pareció ver a la presidenta en una burbuja. Quiso entender que votar a Pino era pedirle más kirchnerismo y no una conducta ética; no un "tren para todos" por sobre un "tren bala" que nadie reclamaba; no que firmara la Ley de Protección a los Glaciares que ella misma vetó en beneficio de una multinacional usurpadora y contaminante.
6. La señora quiso acentuar su victoria en Calafate, que para colmo, ni siquiera fue tanta. De ese modo se asemejó a Menem, aquella vez en que subrayaba su victoria en el pueblo de Perico para minimizar la derrota en Buenos Aires. Y sin embargo... ¿qué le puede decir la gente de esta ciudad, con su ciclotimia política, que en menos de un año aplaudía a Galtieri o a la democracia, a radicales o a peronistas, a Zamora o a Macri?
7. Ciertas burbujas escapan por detrás, y huelen feo. Otras en cambio, nos dan algún respiro. Así, una niña sobrevive milagrosamente a la caída del avión que la llevaba, y a las frías aguas donde después flotó por 13 horas aferrada a una pieza del fuselaje. Su nombre es Bahiya Bakari. Significa: Esperanza.
8. Así que la vida sigue. Los pescadores de la laguna de Lobos, preocupados porque ésta bajó un metro, descubren que esto atrajo a muchas aves acuáticas (flamencos, etc) cuyo espectáculo parece decirles que también de la contemplación vive el hombre. Este viernes en el Jardín Botánico, dos amigos presentan a las 17 hs su libro sobre diseño de jardines con plantas nativas. El domingo a las 16 hs se proyecta el documental "Encuentros en el fin del mundo" (Herzog, 2007) en el Vivero de plantas autóctonas, de Ribera Norte. Y así, es mucha la gente anónima que aporta sus pequeñas burbujas de oxígeno a esta pescera tan descuidada.
9. En el concurso de tatuajes, el "tatuaje del no-tatuaje" salió en segundo lugar (después del hermanito de la organizadora, ejem...) Agradezco el buen humor y el voto a todos.
10. Por otra parte, el señor Podeti me honró en su blog con una caricatura en forma de "figurita" (redonda, como una burbuja). Estoy chocho de alegría, si no se nota. ¡Gracias! Voy a colgar el monitor prendido, como un cuadro en el living. (¿Cómo? Epa, uh...¿no se puede?)

Y como hoy correspondía, pongo un juego. Basta usar el mouse y juntar burbujas de un mismo color: a partir de tres, revientan. Si no, se van acumulando hasta perder. Y ahí no te salvan ni bellotas ni de bombones...

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