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sábado, 26 de febrero de 2011

De volver, y otras porquerías

Tras larga ausencia en el blog, que no en la vida real, y breve ausencia en la ciudad (pues un mes entero de vacaciones es demasiado poco cuando uno precisa por lo menos el razonable tiempo de un lustro), henos aquí nuevamente. Nuevamente, que no igualmente.
Dudo por el momento que pueda regresar a la rutina de tres posts semanales a la que me había acomodado durante estos años de ciberhistoria. El tiempo que me demandaba escribir algo en el blog era acaso una hora de rélax frente a la computadora. Pero esos sesenta minutos han devenido -figurativamente hablando- en diez momentos de seis minutos cada uno. Y ese tiempo fraccionado no me sirve para concentrarme en algo serio como quisiera y disfrutarlo. Por eso me rinde más la liviandad del microblogging: "twittear" una frase al paso (mientras otras ventanas de la computadora están ocupadas en el trabajo que me alimenta), y entretenerme allí hasta que imprevistamente deba levantarme de la silla.
Nunca pude estudiar en esas condiciones en las que no sé si debo largar todo dentro de unos instantes o si llegaré al fin del día sin novedades. E hice la secundaria estudiando en los recreos, pero me adaptaba a su duración preconcebida. Fui de leer en los colectivos concentradamente, porque nada me molestaba hasta llegar a destino, cuya distancia temporal sabía mi inconsciente (aunque aún así, me pasé muchas veces llegando incluso hasta la terminal, fuera de la ciudad). Pero no puedo caminar y mascar chicle al mismo tiempo, y mi actual vida no me deja escupir el chicle desde hace ya unos meses. Entonces uno abandona el buen libro y agarra la revista ligera, porque debe usar sólo medio cerebro para estar atento a cuando lo llamen en esta sala de espera, y el libro no merece que mi entrega sea incompleta.
Este cambio me huele menos a evolución que a pauperización, y soy conciente de ello. La vida material impone sus condiciones, mal que le pese al voluntarismo. Tampoco planeo rendirme. Después de todo, mi vida 3D sigue adelante con fuerza. Es el blog quien debió ceder a los cambios, y sé que no ha sido el único al que azotó la sudestada. Por él jugué fichas a números que no salieron, y ya no puedo apostar como entonces, aunque tampoco abandone el vicio. Ha mermado simplemente. Y cambiado un poco, quizás.
Pero los muertos que nadie mató, todavía gozan algo de salud.

9 comentarios:

Mar dijo...

Un día abrí un blog para poder archivar las palabras que me iban surgiendo. Al poco tiempo de abrir el blog me di cuenta que existían "otros" del otro lado.
Y cuando llegó la "Maldición Facebook" me absorvió un buen tiempo, hasta que conocí el pequeño Twitter que compactó mi vida( 2.0, claro) a 140.
Y la rueda me trae al principio...a esa necesidad de acomodar mis ideas en algún lado.
Aquí estoy, alternando entre varios párrafos y muchos 140 caracteres...aqui estoy dejándote un comentario o 15 tweets.

Siempre se puede volver. Depende de las ganas.

Saludos.

Almafuerte dijo...

Escribir no tiene que ser una obligación, sino un placer. Cuando pueda escriba, y ojalá le encuentre la vuelta para volver a hacerlo de algún modo placentero. Así lo leemos de vuelta.

En lo personal, fb para mí no existe, pero tweeter me sirvió para practicar algo que nunca pude hacer: sintetizar. Y ahora necesito un poco de desintoxicación porque se hizo vicio.

Son ciclos, ya veremos la vuelta del blog. O mejor dicho, de la escritura, bajo la forma que sea.

Saludos!

Mona Loca dijo...

Ah! qué curioso, fíjese que hace unos días le mandé un mail...a una cuenta que no sé si aún funciona.

besos!

OPin dijo...

Me alegra que se encuentre bien y sea solo un acomodamiento de vidas. Ya son varios los que se están yendo en forma definitiva y uno se entera por lugares insólitos. Si quiere cerrar, cierre, pero avise con un post de despedida.
Un abrazo y que disfrute lo que haga.

El Gaucho Santillán dijo...

Ponè mujeres sin corpiño!!!

Es fàcil, y suma.

Un abrazo.

Zippo dijo...

Hasta pareciera una nueva avanzada de la odiada mediocridad, eso de fraccionarte la hora sagrada en diez momentos de seis minutos.
No te preocupes, amigo, es muy normal en estos días. A mí me sucede lo mismo; no tengo largos períodos para sentarme a pintar algo con la dedicación que se merece; sólo ratos esporádicos, y ya sabemos que no sirve. Si tiene alguna idea de cómo salir de esto, chifle.

Mu dijo...

Yo lo leo cuando usté tiene ganas de escribir y al mismo tiempo disfruto de la vista del azulcísimo mar de Camarones.

Saludos,UnSer

Vachi dijo...

"un mes entero de vacaciones es demasiado poco cuando uno precisa por lo menos el razonable tiempo de un lustro"

Cuàndo va a editar un libro de frases cèlebres? Lo merece hace rato.

Còmo le va Unser. Siempre un placer lo suyo.

Abrazo

Iván Dawidowski dijo...

"De nuevo estoy de vuelta
después de larga ausencia
igual que la calandria
que azota el vendaval.
Y traigo mil canciones
como leñita seca
recuerdo de fogones
que invitan a matear.", diría el Chango Rodríguez.

Y siempre que vaya, pase, vuelva por un largo rato o haga visita de médico siempre estaremos para compartir un mate en forma de post.