Este 2011 se me pasó volando. Y así llegaron las fiestas.
Aunque tuvieran más magia los renos voladores...

La traiga el animal que sea, lo valioso es que en la mesa
no falte espíritu navideño. Aunque sea a cara de perro.

¿Será por tanta profecía apocalíptica que en el camino
me encuentro a Papa Noel siempre con su peor cara?

Hasta sonriendo me ha parecido intimidante
como un patovica vigilando la entrada a la fiesta.

Claro que no hay que guiarse por las apariencias.
Ese -por ejemplo- tenía menos tubo que este...

Su problema son las cosas que pasan por semejante
tubo digestivo... Puede llegar a quedarse sin estómago.

O quizás de tanto entrar por las chimeneas alguno
usó su tronco como leña...
El caso es que igual siempre hay pérdidas peores.

Por ejemplo, que la mazorca crea unitario a Papá Noel.
Querido
e-lectorado: Feliz 2012 y a no perder la cabeza.