Cualquiera diría que un breve mensaje escrito es fácil de ser copiado literalmente. No es el caso del último WhatsApp del difunto Fabián Rodríguez, cuyo texto entrecomillan los medios cual cita póstuma, pero todos con forma distinta.
- "Cometí un error, llamen al 911". (Diario 26)
- "Me mandé una macana; llamá al 911". (Diario Popular)
- "Me mandé un moco, llamen al 911". (Diario El Día)
- "Me mandé un moco bárbaro. Llamá al 911". (Diario Veloz)
- "Me mandé una cagada, llamá al 911". (Diario La Nación)
- "Me voy a mandar una cagada, llamá al 911". (Diario Crónica)
- "Llamá al 911 que me estoy por mandar una cagada". (Diario Los Andes)
Así, lo único seguro es que en algún momento escribió la sílaba "me", y no sabemos si adelante o detrás del otro texto indiscutible: "al 911". Según la mayoría, la cagada (o moco bárbaro, o simple moco, o error, o macana) ya había sido mandada al momento de escribir, por lo cual es de suponer que mientras colgaba de la soga se entretenía usando el celular. Cuesta creerlo. Mientras tanto, los medios cubren el caso del hasta entonces bastante anónimo famoso, para cumplir su deber de atender la "demanda de información" de la población, eufemismo con que se refieren al morbo de su clientela más valiosa.
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No tengo mucho que agregar sobre esta noticia puntual, dado que no me interesa. Lo que me importa es a dónde está llegando el periodismo de un tiempo a esta parte, cuánta confianza pueden esperar que les depositemos, y qué podríamos creer de temas que requieren mayor desarrollo, si ni siquiera saben copiar un breve texto (ni reconocer que no tuvieron acceso a él). Y entonces extendemos la duda más allá, a la historia misma, a sus supuestos desentrañadores de mitos (o creadores de nuevos), si al fin de cuentas permanecerá la mentira más repetida mientras el olvido deshace las pruebas descartadas de una verdad que no se busca.
Así, nadie puede asegurar si el último SMS del morocho Cabral a San Martín decía: "Muero contento, hemos batido al enemigo", o si dijo "Avyá amanó ramo yepé, ña jhundi jhegere umí tytaguá":
Déjenme compañeros. ¿Qué importa la vida de Cabral? Vayan ustedes a pelear, que somos pocos...