Borges tiene algo escrito sobre las traducciones, que no sé cómo habrá sido traducido a otros idiomas... Así que hablando del asunto, veremos algunas piedras que esto nos pone en el camino.
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La censura: Varios chistes de Benny Hill no se entendían porque debían ser alterados por su contenido puerquito, que bien hoy podría transmitirse sin que su vulgaridad alcance la de los programas de aire, y superando a éstos en inteligencia. Peor es cambiar la historia misma, como la traducción del clásico "Vida de los filósofos ilustres" donde el desnudo de Crates frente a Hiparquia se convierte en un "mostróle sus muebles"... Hoy la Inquisición no está, y reina la Libertad... por eso el libro bien traducido ¡no se consigue!
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El capricho: Así como el Mercado nos ofrece la Playboy pero hay que remover cielo y tierra para encontrar un buen libro que nos haga pensar (no, no hablo de Bucay), también obliga -siempre libremente- a renombrar por ejemplo películas (y si se basan en novelas o historias, alterarlas, pero éste no es el tema de hoy aunque sea un modo de "translation"). Así, Into the blue es Inmersión letal, Eternal sunshine of the spotless mind es Olvídate de mí , The young master es El chino, Bad Boys es Dos policías rebeldes, The dawn of the death es Zombie, State Garden es Algo en común, Proof es La verdad oculta, Daylight es Pánico en el túnel, The Prestige es El truco final, y The shawshank redemption es Cadena perpetua. Recuerdo hace un par de décadas cuando trajeron Monty Python's The meaning of life... La publicitaron en TV con unos encapuchados diciendo "¡Estamos todos locos!" (que no era parte de la película) y le dieron dicho título, aunque ella tratara de punta a punta sobre el Sentido de la vida...
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Los juegos de palabras: Uno justificable, pero que requiere traductores que lo hayan descubierto. En tal caso, no hubieran traducido
The importance of being Earnest (La importancia de ser serio, u honesto...) como
La importancia de llamarse Ernesto... (podían poner "ser" en vez de "llamarse" y aclarar en el Prólogo, digo yo).
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La literalidad excesiva: La novela Green Mansions, de Hudson, es traducida en general como Mansiones Verdes, y no está mal. Claro que se llama así por transcurrir en una selva, y atendiendo al sentido original una edición la llama Verdes Moradas. Pero claro, acá surge un juego de palabras cromático -en el español- que el autor nunca buscó. Al mismo autor (ornitólogo) se le adjudicó alguna vez haber escrito un ensayo sobre los ferrocarriles, por no entender que hablaba de los rálidos, aves zancudas... Y esto tiene que ver con mi último ítem.
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La ignorancia: Por más idiomas que se dominen, sin una base de cultura general se está en constante exposición potencial al ridículo. En canales de TV dedicados a pasar documentales he oído descripciones del
albatros mientras mostraban
ñandúes... o hablar de dinosaurios “ornitorrincos” por no conocer la palabra
ornitisquio. Ejemplos:
este,
este,
este,
este, y
este.
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Internet: Este es el final a todo humor... Pueden verse ejemplos
acá,
acá y
acá. El otro día vimos otro par (
este que puse, y
este que mandó
Chap!) de un mismo sitio. Pero una manera simple de ver a dónde puede llevarnos el traducir así, sería usar el
Traductor Google y pasar al inglés las últimas estrofas de nuestro himno, y luego del inglés al español.
Caso argentino: "Sean eternos los laureles que supimos conseguir. Coronados de gloria vivamos o juremos con gloria morir" se convierte en "Sean eternos que supimos conseguir nuestros laureles. Corona de gloria vivir o morir en la gloria jure" (una vez más desde ahí y ya dice: Sean eternos sabía que conseguir nuestros laureles... etc.)
Desde luego no intento desmerecer a un software con posibilidades de mejora y bastante utilidad. Por el contrario, le encuentro el lado gracioso... que dudo que alguna vez pierda, pues el idioma se construye a diario, y si "pingo" significa "caballo" en Buenos Aires, en Tucumán -mismo país- puede ser otra cosa bien diferente...