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miércoles, 10 de septiembre de 2008

Destapemos el bosque

Sólo la ayuda del cielo pudo detener el incendio que ya había arrasado con unas 50.000 hectáreas de Córdoba, en el medio de Argentina. Con frentes de 20 kmts, su importancia opacaba otros fuegos que también incineraban 5.000 hectáreas forestales en el Chaco y otras 600 en la provincia de Corrientes. Y todo esto, mientras seguimos en invierno.
En Buenos Aires la noticia no parece haber ameritado mayor alharaca, a diferencia de los tiempos en que los porteños debían respirar humo. Tiempos cercanos en que un debate impositivo bipolarizado intentaba tapar temas de fondo que siguen sin ser resueltos. Pronto vimos arder(NASA mediante) extensiones mayores de bosques nativos. Y todo esto, mientras seguimos en invierno.
La selva paranaense que alguna vez contactó las Yungas con el Atlántico, ahora se limita a nuestra provincia de Misiones, que los satélites muestran bien verde junto a sus sobreexplotados países limítrofes. Pero no hay de qué enorgullecerse cuando las imágenes la muestran ahora en llamas, así como al Impenetrable chaqueño ya penetrado, las verdes riberas del Paraná y los humedales correntinos perdiendo su riqueza única en flora y fauna, tierras aborígenes nuevamente invadidas, y hasta la vastedad del futuro desierto paraguayo. Y todo esto, mientras seguimos en invierno.
La semana pasada, la casilla de correos del jefe de Gabinete argentino colapsó con 50.000 mails de compatriotas que reclaman la reglamentación de la Ley de Bosques, para cuyo tratamiento en nuestro Congreso hicieron falta tiempo atrás un millón y medio de firmas (recolectadas por organismos no gubernamentales) pero que aún el Ejecutivo no pone en ejecución. El timón que debe dar el giro de las tragedias actuales y futuras para llegar a buen puerto, está en nuestras manos. De los muertos del Pasado -como dijo un rabino hace dos mil años- que se ocupen los demás muertos.
Para la Naturaleza, todos los días son 11 de setiembre...
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Y mientras, Todo esto seguirá... en infierno.

11 comentarios:

Anónimo dijo...

La verdad que es una pena ver como se queman los bosques, yo veía el incendio en las sierras y se me piantaban varios lagrimones.
A ver si los responsables se ponen media pila y dejan de boludear, que para algo se les paga, no?

Vill Gates dijo...

Esa foto parece ser lo que parece ser o simplemente son dos árboles quemándose.
Qué imaginación aplicada a algo bueno!

Anónimo dijo...

Primero debo felicitarte por la foto, está muy buena.
Segundo, felicitarte por el post... Fue horrible ver los incendios en las sierras, la gente luchando con el cuerpo por apagarlos, y la indiferencia de los que pueden hacer algo (hasta se enojaron cuando la gente armó campañas solidarias para los bomberos voluntarios de la zona)...

Saludos.

Fender dijo...

Si sacamos el problema del cambio climático, el problema de los incendios es que el ser humano está evitándolos antinaturalmente y hacerlo aumenta su violencia, porque lo que hacemos realmente es acumular más y más material combustible.
Es un tema complejo, pero para mí tiene lógica. Los incendios serán cada vez más grandes, cada vez más difíciles de detener. Con esto también dejo afuera la quema de pastizales, cuestión arraigada en el campesinado. Cuanto más bosques tenga un país, más incendios. Cuando más se proteja de incendios accidentales un bosque, más grandes serán los incendios. No sé qué se puede hacer al respecto.

El Gaucho Santillán dijo...

Acà en el Chaco, prenden fuego porque dicen que la ceniza lo deja fèrtil otra vez.

Y no entienden eh? Siempre prenden.

Yo le quiero prender fuego al auto del dueño de la empresa. (pero por otras razones)

Saludos

Gurisa dijo...

Parece chiste acá en Córdoba. Si hacen campaña ese año, seguro que si hay incendios no son tan alarmantes como el que pasó hace poco. Pero ni bien se olvidan de "educar al ciudadano", vuelven los ignorantes a hacer este tipo de bestialidades.
La gente se olvida que desde marzo hasta setiembre, Córdoba no ve lluvia aunque la produzca por sí misma.

unServidor dijo...

Aclaro que la imagen es autoría de la Fundación Hulot. Yo sólo la seleccioné, en mérito también del almanaque.

Respecto a la naturaleza de las quemas, obviamente ellas se dan desde que existen los rayos, pero apunto a las que genera nuestra ignorancia (quemar basurales, quemar para fertilizar mi campito, quemar montes nativos para sembrar soja u hotelería). Todo esto se merece una macropolítica que el país no parece buscar.
En Formosa está la Reserva El Bagual, donde hay quemas periódicas controladas que asemejan a las naturales, sin por eso poner en riesgo la población del amenazado yetapá de collar que allí encuentra refugio de nosotros.
Por otro lado, las cañas colihue de nuestro Sur tienen ciclos de unos 15 años, lo cual genera cada ese tiempo un alto riesgo, que en otros tiempos no era tal pues los humanos no hacían sus poblaciones en medio (además de la explosión demográfica de roedores que le acompaña, con riesgo de hanta-virus sumado). Definitivamente, la solución no es la de Bush ("Saquemos los bosques así no hay incendios") si no -como en casi todo- tomar el toro por las astas y dejar las cosas en manos de quienes saben... y con los recursos necesarios.

Zippo dijo...

Lo de fertilizar la tierra mediante incendios es una burda mentira que ofende la inteligencia de quien la escucha. ¿Cuántos nutrientes orgánicos y bacterias se pierden en un incendio?
Cada vez que veo un incendio forestal, es como si un millonario viera montañas de dinero quemándose, o un pintor arder el Louvre, o un yanqui arder Mc Drolans.

ani. dijo...

no será que ya estamos ardiendo en el infierno y bailando sobre las brasas?

Grace® dijo...

Dicen que una imagen vale más que mil palabras y este es el caso ya que, la imagen seleccionada junto con lo que escribiste nos hace reflexionar sobre un tema que si bien leemos a diario, no le damos la importancia que amerita y que a todos nos afecta.
Gracias por traerlo a la conciencia.
Un beso Servidor!

ale dijo...

Pocas cosas impactan más que ver una sierra entera prendiéndose fuego ante tus propios ojos, y doy fé que asusta y conmueve. Y si lo atamos al resultado de nuestra propia ignorancia, aterroriza aún más. Y si le sumamos que es un evento anual, y a veces de más de una ocasión al año, termina por ser una pesadilla en el mundo real. Salud por esa lluvia y nieve tan oportuna. Una vez más nos salvamos, una vez más los bosques la pagaron. Triste.