La suerte del trébol

"...Como esas aves tan bellas

que saltan de rama en rama,

yo hago en el trébol mi cama

y me cubren las estrellas".

(Martín Fierro)

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Siempre supimos lo que es un trébol. Pues no. Así que esta entrada tratará de otra planta. El trébol es el nombre común de una hierba de género Trifolium (cuya hojas se dividen en "tres lóbulos"), propia del hemisferio norte y muy ligada culturalmente a Irlanda, pues con ella se supone que San Patricio le explicó a los celtas la Santísima Trinidad. Y así como al llegar los europeos a América llamaron tigre al yaguareté y avestruz al ñandú, fue natural que el soldado español le diga trébol a nuestros nativos OXALIS. A este otro género referiremos.

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La semejanza a primera vista permitió la confusión al punto de que el nombre "oxalis" que le dio la ciencia significa, en griego, justamente... "trébol" (aunque ni siquiera es -como la otra- una leguminosa). Como fuera, nos acostumbramos a esta hierba al punto de que no llame nuestra atención más que si tiene cuatro hojas. Es mejor con tres sin embargo a la hora de deshojarla: me quiere - no me quiere - me quiere. No puede fallar ¡la victoria es nuestra! Pero volvamos al punto...

Hay 800 especies de oxalis por todo el mundo. Y este otoño, como siempre, en Buenos Aires abrieron sus flores dos autóctonas: la O. hispidula, de un tono lila, y la O. perdicaria, de color amarillo. No las van a encontrar en la Wikipedia, pero tal vez sí en aquellos jardines cuyos dueños demoraron el corte rasante de sus bordeadoras. No es raro que alguien admire las flores de su vecina sin saber que son las mismas que ella decapita regularmente. Quien ahora no las encuentre, puede esperar la primavera. La oportunidad siempre vuelve para quien la busca.

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Curiosamente, estas oxalis que figuran como "ornamentales" en los libros europeos de paisajismo y jardinería, en Argentina sólo están presentes en los listados de "malezas". Como si aquellos hombres blancos a los que el Destino confinó en este extremo del planeta, nunca sobrepasaron su resentimiento... o su nostalgia. Plantas y animales traídos del viejo mundo debían ocupar la Tierra Prometida desalojando antes "bichos" y "yuyos". Pero para el nativo conocedor, estos yuyales eran "bienezas".

Los propios marinos del Beagle en que viajó Darwin llevaban nuestro Oxalis enneaphylla a bordo, para combatir el escorbuto. Lo consumían como un té, naturalmente rico en vitamina C. Y si creemos en las crónicas (ya que no se lo vende), también era rico de sabor. Se le llama "ojo de agua". A las flores de mis fotos ampliables, se les dice en cambio "vinagrillo" por su gusto. También las raíces, generalmente, en los oxalis suelen ser bulbosas y comestibles. Igualmente, para asegurarme, les recomiendo "no probar esto en sus casas sin la guía de un profesional".

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(Salvo que seas vaca)...