Aquella misteriosa selva de la que nos llegaba la yerba mate, también ocultaba en su interior mágicas ciudades alzadas con un puñado de misioneros por y para miles de aborígenes que encontraban en la República Teocrática Guaraní una excepción al esclavismo practicado en los territorios vecinos. Objeto de la ambición portuguesa y del desinterés español, en 1750 un tratado entre ambas coronas cedió al Brasil las misiones orientales, incluyendo siete reducciones cuya población nativa pasaría a ser servidumbre de los lusitanos por una decisión tomada en Europa.
El caudillo de la resistencia se llamó Sepé Tiarayú, héroe local en la guerra guaranítica y aún ausente en muchos manuales de historia, quien, enfrentando el avance portugués, murió por la bala traidora de los españoles abocados en imponer el tratado de Madrid. Recién entonces los soldados realistas descubrieron las maravillas que estaban regalando al Brasil, mientras del otro lado del océano, unos años después, el rey decidiría echar a los jesuitas de América, temeroso de nuevas rebeldías a sus desaciertos. Once años después de esa decisión, en una de las antiguas misiones nacería José de San Martín. Y en 1785, en otra llegaría al mundo Andresito Guaçurarí, tan guaraní como su cuna. Él continuará el legado de Sepé Tiarayú.
En 1811 se une a las tropas del doctor Manuel Belgrano, quien planea libertar Paraguay y luego Uruguay. Pero pronto, nuevamente llegan órdenes desde lejos para cambiar el curso de las cosas, y el mando de la campaña queda en manos del militar unitario Rondeau. Andresito prefiere combatir junto al federal Gervasio Artigas, quien reconocerá su valor nombrándolo Comandante de las Misiones Occidentales, una medida de avanzada en tiempos en que nunca llegaba a oficial un indio.
Andresito fue quien detuvo la avanzada de los portugueses hacia el Oeste. A él y su indiada se debe que aún quede algo de lo que fue una provincia de Misiones mucho mayor cuando él gobernaba. Fue en la selva lo que Güemes en el altiplano, incluso con menor reconocimiento posterior que el que obtuviera aquel barbudo guerrillero con quien compartiera el año de nacimiento. Los dos defendieron el Norte, uno al oeste y otro al este. El cine nacional , que revivió la guerra gaucha, se sigue debiendo la guerra india que regó de sangre la tierra roja para darle forma a la actual nación.*
A los 30 años, el Comandante derrotaba portugueses en La Candelaria, en Santa Ana, en San Ignacio Miní, en Corpus. En 1816 cruzó el Uruguay y volviendo a vencerlos recuperó las Misiones Orientales y parte del camino al Atlántico. Luego venció en Rincón de la Cruz, y la respuesta no se hizo esperar: desde Brasil lanzaron ataques a nuestras ciudades mesopotámicas, pero Andresito les ganó en Apóstoles, en San Carlos, y luego los persiguió, recuperando más territorios abandonados por el enemigo. En estas tierras fundó Asunción del Cambay para que sea capital de las Misiones. Quiso la historia que esta ciudad tampoco llegue al día de hoy.
Siendo federal de Artigas, le quitó a los unitarios el gobierno de Corrientes, liberando esclavos y propiciando una reforma agraria. Entonces llegó un contraataque del Brasil con mejores tropas y mayor preparación, y Andresito debió ir nuevamente a su encuentro. El enemigo tuvo la fortuna de poder atraparlo. Guaçurarí fue torturado y rápidamente enviado a morir en las celdas de Rio de Janeiro, cuando estaba a punto de alcanzar sus 40 años de edad.
Este 30 de noviembre se cumplen 225 años del nacimiento del Comandante. En la Argentina a la cual dio forma, y en pleno Bicentenario, no veremos mayor homenaje. Mientras tanto, entre las noticias de la crónica diaria, y con menos pantalla que el par de vedettes que se puedan arrancar las plumas, encontraremos que en el norte todavía hay indios que son desalojados de la tierra y asesinados por quienes deberían proteger a la Patria.
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El caudillo de la resistencia se llamó Sepé Tiarayú, héroe local en la guerra guaranítica y aún ausente en muchos manuales de historia, quien, enfrentando el avance portugués, murió por la bala traidora de los españoles abocados en imponer el tratado de Madrid. Recién entonces los soldados realistas descubrieron las maravillas que estaban regalando al Brasil, mientras del otro lado del océano, unos años después, el rey decidiría echar a los jesuitas de América, temeroso de nuevas rebeldías a sus desaciertos. Once años después de esa decisión, en una de las antiguas misiones nacería José de San Martín. Y en 1785, en otra llegaría al mundo Andresito Guaçurarí, tan guaraní como su cuna. Él continuará el legado de Sepé Tiarayú.
En 1811 se une a las tropas del doctor Manuel Belgrano, quien planea libertar Paraguay y luego Uruguay. Pero pronto, nuevamente llegan órdenes desde lejos para cambiar el curso de las cosas, y el mando de la campaña queda en manos del militar unitario Rondeau. Andresito prefiere combatir junto al federal Gervasio Artigas, quien reconocerá su valor nombrándolo Comandante de las Misiones Occidentales, una medida de avanzada en tiempos en que nunca llegaba a oficial un indio.
Andresito fue quien detuvo la avanzada de los portugueses hacia el Oeste. A él y su indiada se debe que aún quede algo de lo que fue una provincia de Misiones mucho mayor cuando él gobernaba. Fue en la selva lo que Güemes en el altiplano, incluso con menor reconocimiento posterior que el que obtuviera aquel barbudo guerrillero con quien compartiera el año de nacimiento. Los dos defendieron el Norte, uno al oeste y otro al este. El cine nacional , que revivió la guerra gaucha, se sigue debiendo la guerra india que regó de sangre la tierra roja para darle forma a la actual nación.*
A los 30 años, el Comandante derrotaba portugueses en La Candelaria, en Santa Ana, en San Ignacio Miní, en Corpus. En 1816 cruzó el Uruguay y volviendo a vencerlos recuperó las Misiones Orientales y parte del camino al Atlántico. Luego venció en Rincón de la Cruz, y la respuesta no se hizo esperar: desde Brasil lanzaron ataques a nuestras ciudades mesopotámicas, pero Andresito les ganó en Apóstoles, en San Carlos, y luego los persiguió, recuperando más territorios abandonados por el enemigo. En estas tierras fundó Asunción del Cambay para que sea capital de las Misiones. Quiso la historia que esta ciudad tampoco llegue al día de hoy.
Siendo federal de Artigas, le quitó a los unitarios el gobierno de Corrientes, liberando esclavos y propiciando una reforma agraria. Entonces llegó un contraataque del Brasil con mejores tropas y mayor preparación, y Andresito debió ir nuevamente a su encuentro. El enemigo tuvo la fortuna de poder atraparlo. Guaçurarí fue torturado y rápidamente enviado a morir en las celdas de Rio de Janeiro, cuando estaba a punto de alcanzar sus 40 años de edad.
Este 30 de noviembre se cumplen 225 años del nacimiento del Comandante. En la Argentina a la cual dio forma, y en pleno Bicentenario, no veremos mayor homenaje. Mientras tanto, entre las noticias de la crónica diaria, y con menos pantalla que el par de vedettes que se puedan arrancar las plumas, encontraremos que en el norte todavía hay indios que son desalojados de la tierra y asesinados por quienes deberían proteger a la Patria.
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*Es curioso que el citado Rondeau fuera opositor tanto de Artigas como de Güemes, aunque eso ya sea otra historia (o no). Andresito ni siquiera tuvo la suerte de que se recuerde bien su apellido: la Ç que en portugués equivale a nuestra Z fue trasladada como C, alterando el Guazú ("grande" en guaraní) de su apellido para dejarlo en Guacurarí, incluso en el nombre de la única población que lo homenajea.
*Es curioso que el citado Rondeau fuera opositor tanto de Artigas como de Güemes, aunque eso ya sea otra historia (o no). Andresito ni siquiera tuvo la suerte de que se recuerde bien su apellido: la Ç que en portugués equivale a nuestra Z fue trasladada como C, alterando el Guazú ("grande" en guaraní) de su apellido para dejarlo en Guacurarí, incluso en el nombre de la única población que lo homenajea.
5 comentarios:
Para mí es más curioso todavía que después de ver toda mi vida a mi viejo metido entre papeles y documentos -obsesionado totalmente con la figura de Artigas y sus bravos- venga alguien del otro lado del río a escribir un post que parece obra paterna... Se lo voy a imprimir UnSer, para que lagrimee un poquito. Hay que ver lo que se amarga con las versiones oficiales de la historia!
Cada vez que viaja a Paraguay o al litoral argentino vuelve como perro con dos colas y montañas de fotocopias. Parece un niño armando un rompecabezas :)
Me ha ilustrado en algo que no conocía y que me ha interesado mucho.
Gracias amigo.
Un abrazo.
Cuántas cosas de las que uno no tiene ni idea, y qué bueno que haya alguien que las recuerde, y te las muestre.
Simplemente, gracias.
Por lo menos tiene yerba propia.
http://www.yerbandresito.com.ar/es/productos/index.php
muy bueno tu twitter:
"Convengamos que si un tipo dice q' por $50 de Duhalde prendió fuego a Constitución... también por $100 del gobierno podría estar mintiendo."
No es negar que hubiese barrabravas (y llamativamente no se refirieron a las pruebas de la presencia de un delegado Kamionero), pero la conferencia de Garré fue tan "noventista"!!! también dijo que 10 "pertenecerían" al PO ¿pertenecen o no? wtf?? vos sos una ministra y de seguridad???!!!
Luego:
"el derecho a protestar... no habilita a... imposibilitar el normal funcionamiento de servicios esenciales o la circulación normal de la gente"
"exhortamos... no alterar vías de comunicación o a impedir el funcionamiento de medios de transporte"
Duhalde pide orden, Cristina cumple.
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