Seleccione de Mariano Moreno

• El que no sienta los estímulos de una noble ambición de saber y distinguirse en su carrera, abandónela con tiempo.
• Nuestros derechos no son inferiores a los de ningún otro pueblo del mundo.
• Deja para cada tiempo lo que le pertenece, pues lo que se hace fuera de él nunca sale bien.
• Para que la comunidad quede obligada a los actos de su representante, es necesario que éste haya sido elegido por todos.
• Una gran obra nunca se comenzó por sus extremidades. Cuanto más sólidos son sus cimientos, más perfecta es su conclusión.
• Desde el descubrimiento empezó la malicia a perseguir unos hombres que no tuvieron otro delito que haber nacido en unas tierras que la naturaleza enriqueció con opulencia.
• Gime la humanidad con la esclavitud de unos hombres que la naturaleza crió iguales a sus propios amos.
• Hay reglas prescritas para sostener la necesidad pública sin ofender los legítimos derechos de los ciudadanos.
• La fraternidad puede salvarnos de las pasiones interiores, que son enemigo más terrible para un Estado que intenta constituirse, que los ejércitos de las potencias extranjeras que se le opongan.
• Si mi persona es necesaria, yo no puedo negar a mi patria el sacrificio de mi tranquilidad individual, de mis tareas, de mis fortunas, ni aún de mi vida.
• Si el gobierno huye al trabajo, si sigue huellas de sus predecesores conservando alianza con la corrupción y el desorden, hace traición a las justas esperanzas del pueblo y llega a ser indigno de los altos deberes que se le han encomendado.
• La salud del pueblo es la suprema ley del Estado.
• No se puede tolerar que el amor propio o miras personales sostengan una conducta que compromete la tranquilidad pública.
• Si los pueblos no se ilustran, si no se vulgarizan sus derechos, si cada hombre no conoce lo que vale, lo que puede y lo que se le debe... nuevas ilusiones sucederán a las antiguas, y después de vacilar algún tiempo entre mil incertidumbres, será tal vez nuestra suerte mudar de tiranos sin destruir la tiranía.
• Mengua el honor del gobierno cuando no están seguros los que viven bajo su protección.
• El fruto de mis tareas es muy pequeño para que pueda llenar la grandeza de mis deseos.
• El extranjero no viene a nuestro país a trabajar en nuestro bien, sino a sacar cuantas ventajas pueda proporcionarse. Recibámoslo en buena hora, aprendamos las mejoras de su civilización, aceptemos las obras de su industria y franqueémosle los frutos que la naturaleza nos reparte a manos llenas. Pero miremos sus consejos con la mayor reserva...
• El pueblo tiene derecho a saber la conducta de sus representantes (...) No debe contentarse con que sus jefes obren bien, debe aspirar a que nunca puedan obrar mal.
• El pueblo no debe contentarse con que seamos justos, sino que debe tratar de que lo seamos ferozmente.
• Si se malograse el fruto de mis intentos, la recompensa, creo, quedaría cifrada en la gloria de haberlos emprendido.

Mariano Moreno (1778-1811): Abandonó la carrera sacerdotal para estudiar leyes en Chuquisaca, actual Bolivia, donde un 25 de mayo (pero de 1809) los independentistas se levantaron contra el Poder, siendo derrotados, aunque preludiando lo que ocurriría al año siguiente en Buenos Aires. Aquí, su ex-alumno porteño sería secretario del primer gobierno patrio, presidido por Saavedra, nativo de Potosí. Bastó medio año de gestión para crear la Biblioteca Nacional, el primer periódico local, reabrir puertos y tomar medidas (algunas jacobinas y discutibles), por la revolución. Fuera del cargo, murió en altamar por el mal suministro de un medicamento. Tenía 33 años.