No bombardeen Buenos Aires

La primera vez que se fundó la ciudad de Buenos Aires, habría de durar poco: cuando no la atacaban los nativos ni las enfermedades, se atacaban entre los mismos pobladores que luego acabarían abandonándola. La segunda vez fue en cambio la definitiva; sin embargo, a las inclemencias que ya sufría antes, debió agregar el asecho de piratas y cierto desinterés de la corona que ayudó a que terminara sobreviviendo por el contrabando. Buenos Aires pudo enfrentar el desafío portugués de fundar en frente una colonia (do Sacramento) saliendo airosa, y una vez creado el Virreynato del Río de la Plata, fue capital del mismo, mejorando su destino aunque sin perder ciertos vicios adquiridos...

Con el tiempo, la ciudad que antes estaba entre las actuales Viamonte e Independencia, y entre Libertad y 25 de mayo, no cesó de autoagredirse. El Fuerte histórico desapareció, la Recova fue derribada, el Cabildo fue amputado. Montones de manzanas se derribarían para hacer la avenida más ancha del mundo, ó -décadas más tarde- autopistas aún hoy inconclusas. En nuestro gateo hasta el presente, muchos edificios de valor arquitectónico o histórico han sido derrumbados por quienes precisan sentirse "los primeros": desde el conquistador al inmigrante, lo nativo es "maleza" y lo bueno es lo importado. Nuestras alegrías llegan por el Puerto, y nuestra felicidad se busca en el... Aeropuerto.

La Reserva Ecológica Costanera Sur se formó naturalmente sobre los escombros de lo derribado para las autopistas, que taparon el viejo balneario, ya contaminado antes, por nuestra pulsión sadomasoquista. De un tiempo a esta parte y dado el valor de sus tierras, resulta que se incendia cada dos por tres, generalmente de modo intencional. El gobierno de la Ciudad no se preocupa por ella, y no hay fondos para solucionar sus lagunas secas (que en semejante estado alejan fauna autóctona y abren paso a intrusos que arruinan lo que resta).

Hoy y hasta el día 20 tenemos que, con la excusa del incipiente bicentenario, se puede votar el proyecto rimbombante que más nos guste de los 12 propuestos para cambiar la cara de nuestra orilla: en mi caso lo hice por el de hacer un Museo -me pareció el menos dañino- pero hay desde una torre de agua (recurso escaso que suele faltar en tantas fuentes) hasta marcos gigantes para nuestra cuadradez, o pantallas encendidas como si no se cortase la luz todos los años ni hubiese suficiente contaminación visual (¿cuánto tardarán en ser espacios publicitarios?). La elección se hace en el Shopping Abasto, cosa de que la decisión esté entre sus habitués (superficiales, emos, consumistas y floggers en representación de la casquivanía... perdón: de la ciudadanía). Los invito a ir ustedes y mejorar la tendencia; dime cómo votas y te diré cómo eres.

Por otro lado -y también por el mismo- aquella ciudad que en sus dos fundaciones incluyó la zona de San Telmo, asiste a la destrucción intencional de dicho barrio histórico por parte de una gestión municipal que es criticada hasta en el mismo diario La Nación por semejante despropósito que -como siempre- se hace en nombre del "PROgreso". Debemos suponer que si Macri fuera hoy intendente de aquella Colonia do Sacramento, ya hubiera demolido la vieja zona que la enriquece por el turismo para convertirlo en algo sin historia, interés ni identidad. Los vecinos deben defenderse del constante negociado de asfaltar sobre nuestra ignorancia, que permite -por ejemplo- que la zona silvestre que hay detrás de la Ciudad Universitaria (que hubiera podido ser otra Reserva "Costanera Norte") esté siendo despojada de su espontánea flora y fauna nativa para luego plantar arbolitos exóticos alineados sobre césped cortado con mesas de cemento. Algo me alivia un poquito, y es saber que ustedes leyeron esto, que tienen la capacidad intelectual de relacionar los datos supuestamente inconexos y confiar en que lo que hagan en consecuencia será tras masticar esta información (sea escupida o digerida). A los que están lejos, les agradezco el tolerarme un post tan "municipal". Comprendamos que Macri sueña ser presidente, y nosotros soñamos que los saqueos terminen en toda la Región.

Nos podemos defender.