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Muy cerca de mi ocaso, yo te bendigo, vida,
porque nunca me diste ni esperanza fallida,
ni trabajos injustos, ni pena inmerecida;
porque veo al final de mi rudo camino
que yo fui el arquitecto de mi propio destino;
que si extraje la miel o la hiel de las cosas,
fue porque en ellas puse hiel o mieles sabrosas:
cuando planté rosales, coseché siempre rosas.
...Cierto, a mis lozanías va a seguir el invierno:
¡mas tú no me dijiste que mayo fuese eterno!
Hallé sin duda largas noches de mis penas;
mas no me prometiste tú sólo noches buenas;
y en cambio tuve algunas santamente serenas...
Amé, fui amado, el sol acarició mi faz.
¡Vida, nada me debes! ¡Vida, estamos en paz!
. AMADO NERVO
(1870-1919)
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5 comentarios:
Este poema siempre me ha parecido muy combativo; pese a la aparente aceptación del destino se rebela y cierra página.
Besotes
Muy de acuerdo. Ese final donde le dice a la Vida que "estamos en paz" porque ELLA (la vida) no le debe nada a ÉL... me maravilla (uno haría algo más depre con el vademécum de todo aquello en lo que me siento deudor para con ella). Por esto, en la categoría Poemas, lo puse siguiendo al Piú Avanti de Almafuerte.
Un beso
" Amé, fui amado, el sol acarició mi faz.
¡Vida, nada me debes! ¡Vida, estamos en paz!"
Qúé lindooo, me gustó :) es re tierno...
ME ENCANTO EL POEMA..
VISTE Q VINE?????...AHORA NO SE ME ENOJE EHHH!!
BESOS!!!
Ja! después dice que la que se enoja soy yo! ¿viste Irene como son los hombres? jajaja.
Besos mi estimado!
Muy lindo el poema
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