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lunes, 23 de junio de 2008

M'hijo el dotor prejuicioso

O se los enseñan como una materia durante su carrera, o no les enseñan a prescindir de él... La cosa es que ya sumo varios casos, y no siempre por experiencias personales, donde el prejuicio es puesto en el estrado del jurado por el médico, junto a los conocimientos adquiridos antes del definitivo -y definitorio- juramento hipocrático. De hecho, estos conocimientos nos constan sólo porque la persona aprobó exámenes en algún momento de su vida, y el cuidado de la salud del propio galeno bien puede no ser el que nos exige a nosotros.
Para ser ilustrativo, dos ejemplos similares: un flaco que se presente con algún problema de salud, deberá sin dudas, entre otras cosas, comer más. Padezca lo que padezca, si el veredicto sentenciado es que "está mal alimentado", podemos -en ciertos casos donde la casualidad no les juega a favor- derribar el argumento con alguna verdad rotunda como el hecho de que comemos como bestias sin fondo. Aún así, nos arriesgamos a que además de desnutridos seamos mitómanos negadores. El otro ejemplo sería un gordo que presente un cuadro de stress: la causa sería que come mucho, por lo menos mientas se desconoce que fue echado sorpresivamente del trabajo el día anterior al primer síntoma.
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Cuando la enfermedad padecida perjudica a la patronal, habrá que demostrar la inocencia ante el médico que nos manden, pues no habrán dudas –y será vox pópuli en la empresa por los años siguientes- que su apéndice no explotó inocentemente sino para poder faltar al trabajo. Por el contrario, si su malestar es visible pero los resultados de un análisis no muestran ningún problema, “Usted está bien m’hijito” y váyase... eso es todo amigo, aunque le siga doliendo insoportablemente la rodilla: -Le digo que está sano, y está sano. Juanita, que pase el que sigue.
Cierta vez, un médico me dijo “Atiendo gente que está en sus últimas semanas, y vos me venís con esta pavada”... Otro profesional en cambio, me mandó un “Hubieras venido antes... Te dejás estar y ahora ya quién sabe...” ¿Al final debo prevenir o llamar sólo en última instancia?
Pero el colmo fue una pareja de médicos que casi se divorcia en el acto cuando, en una cena, ante la pregunta de si una torcedura de tobillo requiere aplicar hielo o por el contrario agua caliente (ej. salmuera), respondieron cada cual una de las opciones dadas, iniciándose así un debate conyugal que fue aumentando hasta olvidar el esguince que lo inició (esguince que -provocado en un partido de fútbol- contradecía también aquello de que “el Deporte es salud”)...
Este texto no intenta generar en los pacientes (muuuy “pacientes”), ni prejuicios ni perjuicios. Apenas se conforma con alentar a consultar más de un especialista, no rendirse... y no regalar un pedestal a quien mañana puede olvidar una tijera entre sus tripas.
Son tan humanos los matasanos, que entre ellos también hay -por suerte- gente útil.

11 comentarios:

no tan iguales dijo...

Tu análisis es un poco perjuicioso también, jaja.
La anécdota del matrimonio me recuerda algunas discusiones que hube de presenciar entre dos miembros de mi familia de muy diferente formación, diferente sexo y distinto tipo de trabajo. Eran para alquilar balcones.
Rescato el aliento del final: está bien no quedarse con la primera opinión, ya que la medicina no es una ciencia exacta.

Fla-q dijo...

sana costumbre: ir al médico con fecha estrictamente marcada una vez por año.
Pasar por todas las máquinas en plena salud y salir con certificado de sano incólume e invicto.
Así, cualquier enfermedad podrá ser atribuída al médico por ineficiente. Automáticamente el galeno se esmera coon energía por devolver el equilibrio que no supo mantenerle al pobre paciente.

Satisfacción garantizada!

(además no hay nada más molesto que te pongan la mano encima cuando algo te duele...)

The Bug dijo...

Los prejuicios pueden mucho.
Cuando llamé la vez pasada a un médico a domicilio, luego de franquearle la entrada a mi casa me miró y me dijo que por la tonalidad de la piel seguramente tenía la presión baja y algún problema digestivo.
Le respondí que podía ser, pero que a quién debía revisar era a mi esposa, que estaba en el dormitorio.

unServidor dijo...

NTI: Mi análisis es TOTALMENTE parcial.
XD

Fla-q: Sana costumbre, lo mismo al dentista ¿cómo no odiarlos si recién vamos cuando ya estamos para tratamiento de conducto?
:)

Bug: ¡la realidad supera a la ficción! (o por lo menos, le imita las peores partes).
;P

So dijo...

Estoy con poco tiempo así que paso a saludar al mejor estilo "visita de médico" jajaja.

En fin, leí muy por arriba el post así que no puedo comentar mucho más. Felicitaciones por tu crecimiento bloggeril, ya dentro de poco vas a tener que sacar esa leyenda de "el blog menos leído" jaja.

Besos

Sophie

Steki dijo...

Excelente post!
Cuántas cosas ciertas.
Me mató también el comentario de the bug!
Cómo se habrá quedado el médico!
BACI, STEKI.

Anónimo dijo...

Por suerte uno de mis mejores amigos es también uno de los mejores médicos de La Rioja, y encima no me cobra las consultas :)

Rapote dijo...

No me gustan los médicos y sólo recurro a ellos "obligado" por mi señora esposa, que si no... ¡Pssst!

No me queda mas remedio que llamarlos cuando tengo que faltar al trabajo pero como no soy muy buen actor ni me gusta mostrar debilidades, siempre recibo al galeno tan estoico que el tipo termina por no entender para qué corno llamé si estoy 10 puntos...

¡Pero necesito que me justifique la falta viejo! ¡Qué quiere! ¿Que haga teatro y me arrastre por los rincones?

Saludos,
Rapote

unServidor dijo...

Sophie: Gracias pero sigue siendo un blog poco leído... ¿acaso no decís que viste el post "por arriba"?
;)
Steki: Gracias. Para colmo ninguna anécdota fue inventada...
=/
Guty: ¡Así, qué vivo!... Trataré de tener yernos dentista y médico.
:P
Rapo: Si no puede ir al laburo, pero el visitador lo ve bien... ¿seguro que no está "actuando"... salud? ¡a ver la patrona, que opine acá!
XD

El Profe dijo...

¡Uy! Me han pasado situaciones similares: "pero ¡¡Cómo me traes al nene por esto!!... es fiebre nada más" o "Es un cuadro de gripe, acá estamos para atender urgencias"

En fin, también los hay buenos por suerte :D

¡Un abrazote!

Anónimo dijo...

Y los que te diagnostican por descarte??esos sí son peligrosos!