El error diario

En la ansiedad por "dinero ya", las redacciones parecen haber reemplazado a sus correctores humanos por los del software, y a la vez los redactores humanos parecen descartar -en el apuro- dicha revisión. Los errores de tipeo en blogs, periódicos, revistas e incluso libros están a la orden del día. Ni siquiera escandalizan a nadie, pues nos vamos acostumbrando a la mediocridad, ya rendidos en nuestro nivel de exigencia.

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(Página 16 del diario El Argentino, de ayer Domingo 4/4/10.

En subtítulo: "El mercadoi (sic) laboral esta (sic) dando..."

En copete de la nota de al lado: "Fertes (sic) aludes...")

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Pero ojalá fuera ése el principal defecto de los medios masivos. A lo mal escrito, habría que sumar lo mal encarado, cuando no lo nunca dicho. En esto es más peligroso que bajemos los brazos, porque es el paso previo a que les pongan hilos y nos usen de marionetas. Creería que ya lo estoy viendo en algunos "climas" de la calle y opiniones "independientes" notablemente inducidas.

Seguiré bregando por periódicos que, además de estar bien escritos, digan lo que otros callan, o muestren desde otros ángulos lo que ya se dice. Cuyos monólogos sean diálogos, y se planteen como una cocina de información y no un plato único de desinformación. Y que el pueblo los reconozca como herramientas necesarias para su propio crecimiento, y no como papeles entintados de banalidad. Mientras los diarios crean poner los "temas" sobre la mesa, yo allí sólo pondré a los diarios. Y envolveré huevos.

Calcule usted el tiempo y espacio que en la última semana ocuparon Tinelli, Nicole Neumann u otras bestias del circo. Y si en algo mejoramos por eso, (ya que nos interesa una mejor imagen para el bicentenario ¿verdad?). En esos mismos días pasaron otras cosas, cuya repercusión, se decidió que fuese nula. Vea usted el siguiente ejemplo, correspondiente a esos mismos días.

Supimos más o menos que a la banda "Los pibes chorros", no los dejaron entrar en España, por no tener visa de artistas. Los autores de letras como "La colcha sucia", "La lechera" y demás obras (todas machistas y misóginas), denunciaron discriminación. Curiosamente, la sociedad no usó esto para un autoanálisis que nos sincere y reencauce, pero eso no es todo. O eso no es nada. Pues, paralelamente, en esos mismos días, sucedía (y no se informaba) que aquí se impidió el ingreso de un negro etíope, también aduciendo un problema de visa. Y hablo de Haile Gebrselassie, récordman mundial en maratón, doblemente medalla dorada en las Olimpíadas y dueño de cuatro títulos mundiales, que venía a Buenos Aires invitado por Adidas y fue desviado hacia Río de Janeiro.

En el año de nuestro bicentenario, tendríamos tantas cosas para decir...