Seleccione de Domingo Sarmiento

• Es la práctica de todos los tiranos apoyarse en un sentimiento natural pero irreflexivo de los pueblos para dominarlos.
• ¿Por qué no se ha consagrado una vigésima parte de los millones que devora una guerra fraticida y de exterminio, a fomentar la educación del pueblo y fomentar su ventura?
• Es preciso que en la sociedad haya virtudes de todo género, y al que ejerce una en especial no hay que exigirle que atienda a un mismo tiempo a todas las otras.
• Hombres hay que creen que tienen coraje en ser inmorales, pillos y arteros en la América del Sur. ¡Sed virtuosos si os atrevéis!
• Puede juzgarse el grado de civilización de un pueblo por la posición social de las mujeres.
• Cuando los hombres honrados se van a su casa, los pillos entran en la de gobierno.
• Líbrenos Dios de los gobiernos y de los hombres a quienes aconseja el miedo: son implacables con los vencidos.
• No está prohibido que un hermano del presidente fuese ministro, pero la decencia lo impide.
• El grito de las pasiones sofoca casi siempre la voz templada de la razón. Y el interés personal del ambicioso se antepone de ordinario al interés duradero de la patria.
• Fui nombrado presidente de la República y no de mis amigos.
• Así comprendo la democracia: ilustrar la opinión, y no dejarla extraviarse por ignorar la verdad y no saber medir las consecuencias de sus desaciertos.
• La lectura es enemiga mortal del egoísmo, porque tiene la virtud de asociar el alma a todas las emociones extrañas al organismo individual, y el ser humano por consiguiente a toda la humanidad.
• Los viajes son el complemento de la educación.
• Hombre, Pueblo, Nación, Estado, todo: todo está en los humildes bancos de la escuela.
• ¡Ay del pueblo que no tiene fe en sí mismo! ¡Para ese no se han hecho las grandes cosas!

Domingo F. Sarmiento (1811-1888): Polémico presidente argentino que fuera además de político, un notable pedagogo, periodista, docente y escritor. Tan cerebral como visceral, duro como sus tiempos, políticamente incorrecto y criticable, fue también el hijo de un barrio pobre de San Juan, maestro desde los 15 años, que en Chile empezó trabajando como minero y terminó fundando una Facultad de Humanidades. En Argentina fundó escuelas y diarios, y ya en la presidencia promovió las producciones del interior, la inmigración, las ciencias, las comunicaciones, y principalmente la educación, creando escuelas, colegios, cátedras, facultades, universidades, academias y observatorios, hasta dejar el mando a quien fuera su ministro de Instrucción Pública. Aún perduran muchas de las obras de su única gestión, pero principalmente, el autor del Facundo fue el puntal de la educación pública laica, libre y gratuita, para hombres y mujeres. Por esto su continente celebra el día del maestro el 11 de setiembre, fecha en la que -enfermo y retirado- fallecía en Paraguay.